Continuamente se habla de la importancia de prevenir el efecto isla de calor, la mitigación de los efectos negativos del cambio climático, pero ¿cómo hacerlo? ¿Y si la clave estuviera en compartir los espacios urbanos con la naturaleza?
Desde Hidrobiology, Lorena Escuer, trabaja en el proyecto Alcorques vivos para fomentar la biodiversidad urbana.
El proyecto Alcorques Vivos consiste en la conservación y atracción de la fauna útil al entorno más próximo del arbolado viario, mediante la siembra en alcorques de especies vegetales con flor. Es decir, la creación de microhábitats para la vegetación y los insectos en los alcorques donde se encuentran los árboles de las vías. En lugar de tener calles sólo con árboles, se comparte el espacio de los alcorques con otras especies vegetales e insectos.
La clave es utilizar especies que ofrezcan polen y néctar, y una continua floración desde principios de la primavera hasta otoño, prestando especial importancia a las mezclas herbáceas de flor y los ciclos biológicos de los insectos. De esta forma, se contribuye a que existan ‘islas’ de biodiversidad a pequeña escala creando así, pequeños corredores ecológicos. Se busca atraer insectos polinizadores que, además, son depredadores de plagas de los árboles urbanos. Son soluciones basadas en la naturaleza (SBN), ya que se inspiran en los procesos de la naturaleza para abordar retos urbanos.
Además, las cubiertas verdes, jardines, huertos urbanos, el arbolado de las calles, los alcorques vivos etc. forman parte de la Infraestructura Verde Urbana (IVU) y, por tanto, de corredores de biodiversidad. Esta IVU, contribuye a la regulación del clima local ya que, por un lado, la vegetación impide que llegue el sol y, por lo tanto, el calor al suelo y aumenten las temperaturas. Y, por otro lado, la vegetación, a través de su ‘respiración’ por sus estomas, ayuda a que el ambiente sea más húmedo y fresco.
Beneficios:
¿Y a ti? ¿te gustaría compartir tu calle con otras especies?
Referencia: https://hidrobiology.es/alcorques-vivos/